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miércoles, 25 de febrero de 2015

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Pobreza, expropiaciones, subsidios, desabastecimiento, detenciones de opositores... Son algunas de las características de los países que Pablo Iglesias define como «un ejemplo» para España.

Pablo Iglesias, actual secretario general de Podemos, en 2013: «Me emociona escuchar al comandante [Hugo Chavez], se le echa mucho de menos (...) Qué envidia de los españoles que viven en Venezuela, es un ejemplo democrático». Juan Carlos Monedero, número tres de Podemos, en 2014: «Lo que está pasando en Argentina [el país estaba al borde del default], ahora mismo la convierte en vanguardia de la posibilidad de la democracia en el mundo».

Pablo Iglesias, hace apenas medio año, sobre uno de los países más intervencionistas de Latinoamérica: «Desde la diferencia, porque está claro que España no es Ecuador, habrá cosas que podemos aprender para hacer las cosas mejor para los ciudadanos».

Pese a los intentos recientes de pasar por alto los vínculos con los Estados populistas de América Latina, los líderes de Podemos –la formación que según el CIS se sitúa como segunda fuerza en intención de voto en España– ha dejado claro en decenas de ocasiones que Latinoamérica es un espejo en el que España debe mirarse.

Sin embargo, si se hace un análisis riguroso de los datos, e incluso considerando los recortes impulsados por el Gobierno de España en los últimos años para enderezar las cuentas públicas y evitar el rescate de la Unión Europea, ¿dónde se vive mejor, en España o en Venezuela? ¿Dónde es más fácil crear una empresa, en España o en Ecuador? ¿Cuál es el país más creíble para los inversores internacionales, España o Argentina?

Venezuela

El diagnóstico de los expertos no deja lugar a dudas sobre cuál es la respuesta. Por ejemplo, Coface, líder mundial en seguros de crédito, afirma que en Venezuela –un país con el que los líderes de Podemos mantienen una estrecha relación y al que han prestado asesoramiento– «el clima de negocios cada vez se pone peor». También hay riesgo de hiperinflación. Además, el país sufrirá en 2015 fuertes caídas del PIB por culpa del desplome del petróleo.

Pero no sólo la economía es un problema. Ayer mismo, el Servicio Bolivariano de Inteligencia ordenó la detención del alcalde de Caracas, el opositor Antonio Ledezma. A esto se suma que el Ministerio del Poder Popular para la Defensa de la República Bolivariana de Venezuela, en contra del artículo 68 de la propia Constitución venezolana, acaba de resolver que las Fuerzas Armadas podrán aplicar el «método del uso de la fuerza potencialmente mortal» durante manifestaciones cuando la situación lo requiera.

Con estos datos, ¿volvería Pablo Iglesias a pronunciar la frase con la que comienza este artículo?: «Qué envidia de los españoles que viven en Venezuela». Lo hizo cuando ya conocía las habituales nacionalizaciones impulsadas por el país venezolano, que tiene una tasa de pobreza que afecta al menos al 25,4% de la población y que sigue creciendo a pasos agigantados porque es el país con la inflación más elevada del mundo, lo que perjudica especialmente a las clases más bajas.
La debilidad del Estado del Bienestar de Venezuela, de este país amigo de Podemos, es aún más llamativa porque el país que lidera Nicolás Maduro tiene una gran riqueza natural: es la quinta economía más importante del mundo en producción de crudo. Mientras tanto, la sanidad agoniza por la escasez de medicinas. Por ejemplo, falta insulina para los diabéticos, antibióticos, antirretrovirales para enfermos de sida y anticancerígenos en los hospitales. De hecho, según cifras oficiales, el déficit de material médico quirúrgico y fármacos ronda el 50%, un porcentaje similar al de la escasez de alimentos.

El 5 de octubre de 2014, en una entrevista en el periódico La Razón de Bolivia, Pablo Iglesias aseguraba que «quizá solo América Latina ha demostrado que se pueden poner ciertos correctores a la dinámica de las finanzas que nos puede llevar a un callejón sin salida». «A pesar de las diferencias, América Latina es una inspiración. Cuando debato en la televisión y me dicen que ponga ejemplos de lo que se podría hacer, muchas veces los encuentro en Latinoamérica, donde se ha demostrado que se puede disciplinar a los poderes financieros; donde se han hecho quitas de deuda; donde se ha demostrado que empresas privatizadas, si son recuperadas por el Estado, pueden prestar un mejor servicio a la población…».

Si el modelo que pretende Podemos para España es la expropiación de empresas privadas, los países del Mercosur sí que son un buen ejemplo a seguir. El régimen de Nicolás Maduro amenazó recientemente a multinacionales españolas como Repsol, BBVA, Mapfre, Air Europa, Iberia, Meliá o Telefónica con nacionalizaciones en el futuro si no presionan al Gobierno español para que cesen las campañas de desprestigio contra Venezuela en los medios españoles.

Argentina

Pablo Iglesias también alabó en su programa de televisión en abril de 2012 a Argentina por la expropiación de YPF a Repsol, un golpe importante para los intereses de la empresa española que provocó una grave crisis institucional entre Mariano Rajoy y Cristina Fernández de Kirchner y que todavía no se ha solventado completamente.

Mientras resonaba el eco de las palabras de Monedero –«Argentina es la vanguardia de la posibilidad de la democracia en el mundo»–, el fiscal Alberto Nisman apareció muerto con un disparo en la cabeza el 18 de enero de 2015, cuatro días después de haber denunciado a Fernández de Kirchner por haber encubierto a Irán en el atentado a la mutual judía AMIA en 1994.

La situación económica es también muy inquietante en Argentina. Tiene la segunda inflación más alta del mundo y existe una constante fuga de capitales. A esto se suma que el país ocupa el puesto 83 del ránking mundial de orden y seguridad que elabora The World Justice Project sobre una base de 99 países.

Irán

Pero no sólo Argentina y Venezuela tienen vínculos con Irán. Pablo Iglesias también. A través de la televisión pública iraní, el líder de Podemos financia su programa televisivo La Tuerka. Iglesias lo justificó en una conferencia en Zamora en 2012 diciendo que Irán es «un Estado asesino que obliga a las mujeres a llevar burka… pero la política es así». De hecho, para no molestar al régimen de Hasán Rouhaní, los reponsables del programa de televisión del secretario general de Podemos llegaron a pedir a la socialista Beatriz Talegón que se tapara el escote, según reconoció la propia política.

Bolivia

Bolivia es otro de los países que visitaron los líderes de Podemos en 2014. Iñigo Errejón escribió su tesis doctoral de 656 páginas sobre aquel país, que, según Coface, tiene un problema importante de economía sumergida. Además, las exportaciones están mal diversificadas y dependen «demasiado de la evolución del precio de las materias primas». También existe un problema real con la inseguridad, la pobreza, el narcotráfico y la desigualdad.

Pero la realidad que destaca Pablo Iglesias es otra. Dijo en La Paz el pasado mes de septiembre que la última década en Latinoamérica y en Bolivia ejemplifica «que las nacionalizaciones han sido exitosas, que el control político de los recursos naturales funciona para mejorar el nivel de vida de la gente». Sin embargo, Unicef sigue recordando en su página web que «Bolivia es uno de los países más pobres de Latinoamérica». Aunque es cierto que las arcas públicas se han beneficiado en los últimos años del alza de los precios del gas, el boom ha servido para impulsar una política de subsidios y para aumentar la plantilla de los funcionarios. Y no para crear una industria fuerte y un modelo productivo que ataque la raíz del problema de la pobreza.

Ecuador

Ecuador es otro de los países que admira Pablo Iglesias. «El estilo de Rafael Correa me gusta, no se deja intimidar por los ricos», dijo recientemente en una entrevista el líder de Podemos. Aunque el Gobierno de Correa presume de reducción de la pobreza, las estadísticas engañan. En realidad, una persona que al mes gana más de 81 dólares no es pobre, según las cifras oficiales.

Esta es la fórmula que sirvió para que la reducción de la pobreza de Ecuador pasara del 37,6% en 2006 al 22,4% en 2014, un dato que los opositores a Correa ven parte de la propaganda oficial.

Además, la reducción del índice de pobreza solo considera los ingresos y no factores como el acceso a una vivienda con servicios básicos. Tampoco se tienen en cuenta los ingresos variables de las familias. Según Coface, en Ecuador siguen existiendo infraestructuras inadecuadas y baja cualificación en el empleo. También destaca la debilidad para crecer por culpa del «intervencionismo estatal» y que el acceso al crédito es caro.

Uruguay

Otro de los referentes de Pablo Iglesias es José Mujica, el presidente de Uruguay. «Mujica nos ha dicho que la ética en política es fundamental, y que los líderes deben parecerse a los ciudadanos. Mujica es un ejemplo de eso. Algunos dicen que es pobre, austero. Nosotros decimos que es normal». En este caso, el modelo económico podría ser más válido, ya que ha permitido que sea posible reducir la pobreza con un mayor peso del sector público. Aunque eso sí, Mujica no ha interferido en el funcionamiento del sector privado. El problema es que Uruguay no es un país comparable a España, pues sólo cuenta con 3,2 millones de habitantes, una cifra similar a la ciudad de Madrid, sin contar tan siquiera con la población de su área metropolitana.

http://www.expansion.com/2015/02/22/economia/politica/1424637305.html

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